El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) corrobora que el agua de las piscinas y playas es seguro frente el COVID-19.

En esta línea, el CSCIC reconoce que “en piscinas y spa, el uso de agentes desinfectantes está ampliamente implantado con el fin de evitar la contaminación microbiana de las aguas por la afluencia de usuarios, y esta medida tendría que ser suficiente para la inactivación del virus”.